lunes, 24 de febrero de 2014

¡¡Estrenamos página web!!

Estrenámos página web. En ella podréis consultar quienes formamos parte de la asociación, cómo podéis poneros en contacto con nosotros, actividades, novedades y quienes son nuestros colaboradores.

La dirección de la web es la siguiente: http://celtaiamadrid.wordpress.com/
Esperamos que la visitéis.

Por supuesto continuamos con el blog, con una nueva entrada todos los martes, donde también podréis consultar las entradas antiguas. Está integrado en la nueva página web, podéis acceder a través de las pestañas que se encuentran en la parte superior de la página, y a través del siguiente enlace:


Gracias por habernos seguido durante esta etapa, y esperamos que continuéis visitando nuestra nueva web, y también esperamos que nos sigáis en Twitter (@celtaia) y Facebook (https://www.facebook.com/celtaia)

¡¡Un saludo a todos!!

martes, 18 de febrero de 2014

Obsolescencia programada

Seguro que habéis oído muchas veces la frase “ya no se hacen las cosas como antes”, o “antes las cosas se hacían para que durasen”, y es verdad. Antes las cosas se hacían para durar mucho tiempo, y ahora se hacen para que duren lo justo y haya que reemplazarlas, de manera que las empresas que nos las venden se aseguran beneficios de manera constante.

Esto tiene un nombre, obsolescencia programada, que es la programación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de modo que tras un periodo de tiempo calculado por el fabricante, el producto quede obsoleto, no funcional, inservible o inútil. Es un concepto que surgió después de la crisis de 1929, con la excusa de animar al consumo e incentivar las ventas. No sólo afecta a nuestro bolsillo, también tiene graves consecuencias para el medio ambiente.

Un ejemplo de obsolescencia programada son las bombillas. A principios del siglo XX una bombilla tenía una vida útil certificada de 2500 horas. Lo lógico hubiera sido que la tecnología avanzara consiguiendo bombillas más duraderas, y de hecho es posible, pero 100 años después su vida útil es de unas 400 horas (aunque las nuevas bombillas de bajo consumo pueden durar mucho más).

Esta bombilla lleva funcionando desde 1901. En 2002 se certificó que llevaba 800.000 horas encendida
Otro ejemplo es el nylon. Lo primero que se nos viene a la cabeza son las medias que se rompen con mirarlas, pero en 1939, cuando fue fabricado por primera vez, fue una revolución al ser prácticamente irrompible. ¿Qué pasó? Pues que si no se rompían, se frenarían las ventas. Resultado: se desarrolló un material más débil, el que ha llegado a nuestros días.

En los últimos años parece que nos hemos empezado a dar cuenta de esto principalmente gracias a los aparatos electrónicos como los teléfonos móviles, que tienden a romperse cuando nos va a cumplir la permanencia con nuestra compañía, y tenemos que adquirir uno nuevo, aunque también sucede con los electrodomésticos. Antes, los electrodomésticos duraban más. Una lavadora podía durar 20 años tranquilamente, con alguna avería fácilmente reparable. Ahora si llegan a 10 es un triunfo. Falla una pieza que curiosamente vale más repararla que comprar una lavadora nueva, por lo que nos deshacemos de la lavadora antigua y compramos una nueva. Con esto, podemos añadir a la frase de “antes las cosas se hacían para que durasen”, la coletilla “también se hacían para poder ser reparadas”.

Pues bien, las consecuencias de todo esto son la sobreexplotación de recursos, y la generación de residuos, que dan lugar a imágenes como esta:

Montaña de residuos electrónicos
Vamos a ver muy por encima las consecuencias que tiene la obsolescencia programada con los productos electrónicos, ya que son los más susceptibles de ser programados:

En cuanto a los materiales que forman sus componentes, en muchos casos son muy escasos, y además muchas veces proceden de zonas en conflicto, precisamente generado por la extracción de los minerales que van a ir a parar a los aparatos electrónicos, como son el estaño o el tantalio.

El otro gran problema de la obsolescencia programada es la enorme cantidad de residuos que se generan, pero más que las montañas de restos de ordenadores, impresoras o televisiones (que es muy grave), es la peligrosidad de estos desperdicios, ya que contienen componentes tóxicos, como compuestos halogenados, metales pesados, dioxinas, e incluso sustancias radioactivas.

Además, como agravante, estos residuos suelen acabar en países del tercer mundo, en vertederos sin medidas de seguridad que contaminan el terreno sobre el que están depositados, filtrando componentes tóxicos al subsuelo y acuíferos, y poniendo en peligro la salud de la población, que recogen estos restos para sobrevivir, por lo que tratan de extraer materiales sin ninguna medida de seguridad poniendo en riesgo su vida.

Niños recogiendo residuos de aparatos eléctricos y electrónicos
Pues esta es la historia de la obsolescencia programada contada a mi manera. Si os ha resultado interesante, o si os queréis enterar mejor de qué va todo esto, podéis ver el documental “Comprar, tirar, comprar”:


martes, 11 de febrero de 2014

La amenaza del desierto

Los desiertos y su avance son uno de los problemas ambientales más graves del siglo XXI, según Naciones Unidas, ya que afecta al modo de vida de millones de personas. Un desierto es un área de la superficie terrestre total o casi totalmente deshabitada, en la cual las precipitaciones casi nunca superan los 250 mm (o l/m2) al año, y el terreno es árido (esto supone que pierden más agua por evapotranspiración de la que reciben). Suponen aproximadamente el 30 % de las tierras emergidas.

Típico desierto: inmensidad de arena
Respecto al avance de los desiertos, conviene aclarar dos conceptos que se suelen confundir: desertización y desertificación:

La desertización es un proceso evolutivo natural, que se da en una determinada región por sus características morfológicas, climáticas y ambientales, que favorecen que dicha región se convierta en un desierto. Repito, es un proceso evolutivo natural, en el que no interviene el hombre.

La desertificación, en cambio, es la degradación de tierras causada por varios factores, entre ellos la actividad humana, como el sobrepastoreo, la deforestación y el exceso de cultivos, además de un descenso en las precipitaciones.

En esta foto se ven perfectamente los grandes desiertos
Es un problema muy grave, y España es especialmente vulnerable por sus condiciones, asociadas a los procesos de desertificación:
  • Clima semiárido en grandes zonas, sequías estacionales, extrema variabilidad de las lluvias y lluvias súbitas de gran intensidad
  • Suelos pobres con marcada tendencia a la erosión
  • Relieve desigual, con laderas escarpadas y paisajes muy diversificados
  • Pérdidas de la cubierta forestal a causa de repetidos incendios de bosques
  • Crisis en la agricultura tradicional, con el consiguiente abandono de tierras y deterioro del suelo y de las estructuras de conservación del agua.
  • Ocasional explotación insostenible de los recursos hídricos subterráneos, contaminación química y salinización de acuíferos.
  • Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío, lo cual ejerce una intensa presión sobre los recursos naturales del litoral.

La combinación de factores y procesos como la aridez, la sequía, la erosión, los incendios forestales, la sobreexplotación de acuíferos, etc., da origen a los distintos paisajes o escenarios típicos de la desertificación en España.

Mapa que muestra el riesgo de desertificación en España (haz click aquí para verlo más grande)
Como se puede ver en el mapa, España está seriamente amenazada, pero existen medidas que pueden parar, o al menos mitigar en parte la desertificación, evitando las consecuencias que tiene sobre el entorno y los habitantes de las áreas afectadas. Para ello se requiere un cambio de actitud en los gobiernos y en la población, para que la cultura de la prevención se consolide, no sólo en cuanto a prevenir la desertificación, también para tratar de evitar cualquier otra agresión innecesaria al medio ambiente.

Para evitar la desertificación es necesaria una buena planificación de los usos del suelo en la que se incluya la gestión de los recursos hídricos, planificación de actividades agrícolas y ganaderas menos agresivas, aplicar técnicas agrícolas de barbecho, plantar los cultivos adecuados según las condiciones del suelo, etc. En cuanto a las tierras que ya se están degradando, se pueden recuperar restaurándolas y fertilizándolas, combatir la erosión con barreras que la protejan de los vientos, y una medida muy importante, evitar eliminar la vegetación, o en caso de que esta vegetación ya haya desaparecido, reforestar para evitar la erosión, ya que la vegetación fija la tierra.

Este es un brevísimo resumen del problema y posibles soluciones del avance de los desiertos. Aún así, espero que sirva para que podamos comprender la gravedad de este problema, ya que lo estamos sufriendo casi sin darnos cuenta.

martes, 4 de febrero de 2014

Especies invasoras

Las especies invasoras son animales, plantas u otros organismos que han conseguido establecerse fuera de su área de distribución natural, expandiéndose y dañando a los organismos autóctonos.

Las invasiones son movimientos en el seno de la biosfera, que está constituida por millones de especies, y está estructurada en ecosistemas organizados y dinámicos. Esto provoca que las especies compitan por el territorio y por expandirse, por lo que de manera natural se producen las invasiones. Al principio, cuando una especie está expandiendo su área de distribución, es teóricamente una especie invasora.

El problema surge cuando las invasiones se producen por la actividad humana. Desde hace unos años los ecólogos constatan una uniformización creciente de las faunas y floras regionales, asociada a la transformación general de los hábitats. Esta uniformización u homogenización biótica se debe a una expansión de una minoría de especies y la reducción de la mayoría de otras.

Jacinto de agua colapsando el Guadiana
La vulnerabilidad de los ecosistemas a las especies exóticas viene determinada por dos factores, que son las dimensiones del ecosistema y el aislamiento. Cuanto más pequeño o aislado esté un ecosistema, más frágil es. Un tamaño pequeño hace que las especies exóticas puedan colonizar más rápido el área, desplazando a las especies autóctonas con más facilidad. En cuanto al aislamiento, es determinante porque especies que no han tenido contacto con otras especies en mucho tiempo, son vulnerables que las exóticas ya que no les ha hecho falta ningún mecanismo de defensa que facilitara su supervivencia, ya que su ecosistema estaba en equilibrio, frágil, porque puede ser roto por cualquier especie exótica que consiga adaptarse.

Es preciso explicar que los puntos en común de las especies en expansión, (que consideramos invsasoras), no es que sean exóticas, si no que son especies generalistas, poco exigentes en cuanto al hábitat, clima o nutrición, son especies adaptadas a medios antropizados ricos en nitraros u otros residuos orgánicos, y tienen gran capacidad de dispersión.

Como ya se ha comentado en el post, el problema real deriva de las especies introducidas por el hombre en un ecosistema ajeno, y puede producirse de manera intencionada o de manera accidental.

  • De manera intencionada se introducen con fines que pueden ser: producción de alimentos, madera, mejora del suelo, jardinería, o actividades de caza y pesca, o como mascotas. Un ejemplo es la introducción del salmón para la pesca, o el Jacinto de agua, como planta decorativa.
  • De manera accidental, sucede normalmente en medios de transporte, como por ejemplo los barcos. Uno de los ejemplos más conocidos, y extendidos por todo el mundo, es el mejillón cebra.
Tortugas en el estanque de la estación de Atocha

La imagen de arriba representa muy bien la introducción de especies como mascota. Según dónde mires verás una cifra distinta, pero entre 150 y 300 tortugas viven en el estanque del invernadero de la Estación de Atocha. Al menos estas tortugas están abandonadas en un estanque, pero a saber cuántas tortugas y otras mascotas de origen exótico son abandonadas en la calle o en el campo. Muchas de estas mascotas consiguen establecerse en su nuevo hábitat.

También ocurre con muchas plantas, normalmente utilizadas para decoración de nuestras casas y también de las ciudades. Un ejemplo conocido es el jacinto de agua, utilizado para decorar acuarios, o el plumero de la planta, introducido como planta ornamental, y que podemos ver en muchas ciudades y pueblos de nuestra geografía.


Para terminar, vamos a ver una especie que aunque no nos demos cuenta, ha sido introducida por el hombre prácticamente en todo el mundo, y que a pesar de su apariencia, ha causado graves daños ecológicos en muchos lugares en los que se ha establecido.

En efecto, el gato es una especie invasora
Aunque no lo creáis es cierto, el Felis catus, más conocido como gato, es una especie invasora en gran parte del mundo, y de las más dañinas. El gato es invasor en cualquier hábitat donde su ancestro, el gato montés, no existía. Es uno de los carnívoros más eficientes, y el mayor problema es que no caza sólo para alimentarse.

Si queréis más información, está disponible el Delivering Alien Invasive Species Inventories for Europe (DAISIE), un inventario de las especies invasoras introducidas deliberadamente en Europa. Lo podéis consultar en http://www.europe-aliens.org/

martes, 28 de enero de 2014

Parques Nacionales

“Espacios naturales de alto valor ecológico y cultural, poco transformados por la explotación o actividad humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna, de su geología o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, culturales, educativos y científicos destacados cuya conservación merece una atención preferente y declarada de interés general del Estado”. Así define la Ley 5/2007, de 3 de abril, de la Red de Parques Nacionales, estos espacios protegidos que están repartidos por toda la geografía española.

Pero el camino de los Parques Nacionales en España comenzó mucho antes. La primera fue la Ley de Creación de Parques Nacionales del 7 de diciembre de 1916, y desde entonces se han realizado muchos esfuerzos para llegar a los 15 Parques con los que cuenta actualmente España, 10 ubicados en la Península Ibérica, 4 en Canarias y 1 en Baleares.

Ubicación de los 15 Parques Nacionales españoles
En 1918 fueron declarados los dos primeros Parques Nacionales. El primero fue el de Picos de Europa, situado entre Cantabria, Asturias y León. El segundo fue el de Ordesa y Monte Perdido, situado en Huesca. Hasta 1954 no se declaran nuevos Parques Nacionales, el del Teide, en Tenerife, y el de la Caldera de Taburiente, en la isla de la Palma. Un año después, en 1955, se declara el Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio, en la provincia de Lérida.

Estos cinco parques fueron declarados durante la vigencia de la ley de 1916. En 1957 se aprueba la Ley de Montes, que asume lo recogido respecto a Parques Nacionales en la ley de 1916, que queda derogada.

Bajo la Ley de Montes de 1957 fueron declarados tres Parques Naturales: el de Doñana en 1969, situado entre las provincias de Huelva y Sevilla, el de las Tablas de Daimiel en 1973, que está en Ciudad Real, y el de Timanfaya en 1975, situado en Lanzarote.

Cartel del Parque Nacional de Doñana
En 1975 fue aprobada la Ley 15/1975, de 2 de mayo, de espacios naturales protegidos. Con esta ley se reclasifican varios parques y se amplían los de Doñana y Monte Perdido, además de declarar como Parque Nacional el de Garajonay, situado en la Gomera, en 1981.

En 1989 se aprueba la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, que supuso un gran impulso a la Red de Parques Nacionales. Fueron declarados los siguientes parques: el del Archipiélago de Cabrera (Islas Baleares), en 1991, y el de Cabañeros, situado entre Toledo y Ciudad Real, en 1995.

En 1997 se aprueba la Ley 40/1997, de 5 de noviembre, por la que se modifica la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y dela Flora y Fauna Silvestres. Bajo esta ley se declaran el Parque Nacional de Sierra Nevada, que está entre Granada y Almería, en 1999, y el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia en 2002, situado entre Pontevedra y La Coruña.

Los dos últimos Parques Nacionales fueron declarados tras la aprobación de la Ley 5/2007. En 2007 se declaró el Parque Nacional de Monfragüe, en Cáceres. El último en ser declarado fue el de la Sierra de Guadarrama, que está entre Segovia y Madrid.

Cumbres de la Sierra de Guadarrama
Con el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama termina la lista de Parques Nacionales en España, aunque esperamos que no sea el último y la lista pueda aumentar en el futuro. En futuras publicaciones contaremos la historia de cada Parque Nacional, para que podamos aprender un poco más de cada uno de estos paraísos naturales que todos debemos conservar.

martes, 21 de enero de 2014

Aquí no hay playa

Aquí no hay playa. Cuando escuchamos esta frase normalmente pensamos en Madrid (y también nos viene a la cabeza alguna canción), pero podrá ser dicha para referirse a muchos lugares de la costa en un futuro no muy lejano debido a la erosión.

En la costa se producen de forma natural procesos de erosión y sedimentación. En determinados puntos la costa se erosiona debido a la acción de las olas, y el material erosionado es depositado en otros puntos, donde se va acumulando para formar playas. Estos procesos de sedimentación y erosión vienen determinados por las corrientes predominantes, y la forma de la línea de costa.

No creo que estas escaleras estuvieran tan cerca del mar cuando las construyeron
Si normalmente veraneáis en el mismo sitio cada año, es posible que os parezca que años atrás la playa era algo más ancha. Pues esto en muchos casos no es una simple sensación. Lo que realmente está pasando es que gradualmente la playa va perdiendo arena que las corrientes llevarán a otro sitio.

La erosión es un proceso que ocurre de manera natural, aunque debido a que los seres humanos estamos prácticamente en cualquier punto del globo, cada vez es más difícil encontrar lugares naturales, donde la intervención humana no exista. Esto provoca que actualmente estos procesos se vean alterados y/o provocados por la acción humana.

El ser humano altera la costa con diversos tipos de infraestructuras, que son los espigones, malecones, rompeolas, diques, puertos, etc. Estas alteraciones hacen, según las corrientes que predominen en cada zona, que en algunos puntos la costa retroceda por que los materiales son arrancados, y en otros puntos, estos materiales se depositen formando playas, islas barrera, tómbolos, barras de bahía, etc.

A la derecha de este espigón se puede ver la acumulación de arena
El problema más importante es la erosión, especialmente desde el punto de vista económico. Si una playa desaparece, la actividad que se genera por su presencia, lógicamente desaparece también, por lo que existen medidas correctoras para tratar de evitar su erosión y su posible desaparición en el futuro.

Curiosamente, parte de las medidas que se utilizan para estabilizar las costas son las mismas que previamente han podido provocar que comiencen a erosionarse, es decir, los espigones, malecones, rompeolas o diques. Por supuesto estas medidas correctoras deben hacerse con conocimiento, ya que si no se hacen correctamente, la solución puede ser sólo temporal, o peor aún, ser perjudiciales en otro punto de la costa.

También hay otras medidas que se consideran alternativas a las anteriores, que son la alimentación de la playa, que consiste en añadir grandes cantidades de arena a esa playa, o el traslado, que consiste en trasladar los edificios cercanos al mar, y dejar que la naturaleza recupere la playa.

En el caso de la alimentación de la playa, no es una medida alternativa por sí sola. Debe ser complementada con espigones o diques, porque si no se frena la erosión que ha provocado que se tenga que aplicar esta medida, con el tiempo se volverá a la situación inicial, pero suele tener efectos no deseados.

Sobreexplotación costera
Por supuesto, la sobreexplotación de la costa, provocada por la construcción de complejos turísticos durante los últimos años, ha agravado este problema. Tenemos que cuidar nuestras costas, ya que son muy importantes económicamente. Junto al mar vive gran parte de la población, atraen turistas,  y son el punto de unión entre la tierra y el mar, que es una fuente de alimento fundamental, por lo tanto su conservación es fundamental.

martes, 14 de enero de 2014

La bici pública llega a Madrid

Buena noticia para el aire que respiramos en Madrid: el 1 de mayo de 2014 Madrid estrenará su sistema de bici pública. Tras varios años de retraso, (el Plan Director Ciclista de Madrid fue aprobado en 2008, y la propuesta de bici pública fue lanzada en 2010), no tener bicicleta propia no va a ser excusa para desplazarse en bici por la capital.

Dando este paso, Madrid deja de ser la única gran ciudad española, y una de las pocas capitales europeas, que no contaba con este servicio. Esto hace que por fin Madrid, o mejor dicho, sus dirigentes, tomen en serio la opción de la bicicleta, algo que sus ciudadanos ya estaban empezando a considerar por su cuenta: en 2012, 1 de cada 100 desplazamientos producidos en la ciudad se realizaba a pedales, consiguiendo un espectacular aumento en el uso de la bici de un 27 %.

Ciclista solitario en la Puerta de Alcalá
La principal novedad del servicio es que las bicicletas serán eléctricas. De esta manera, Madrid, además de dejar de ser de las pocas ciudades en España y en Europa sin servicio público de bicicletas, como ya se ha comentado, pasa a ser la primera que contará con bicicletas eléctricas para sus ciudadanos.

Esto puede resultar llamativo, pero bien pensado es muy útil y puede animar a mucha gente a probar el servicio, ya que uno de los grandes hándicaps del uso de las dos ruedas en la capital es que hay muchas cuestas, y por eso mucha gente no se atreve a coger la bici, o simplemente le da pereza.

Así es como van a ser (más o menos) las bicis públicas madrileñas
Las bicis eléctricas serán más o menos como la de la imagen, aunque trabajadores de la capital las están probando y la empresa encargada del servicio realizará las modificaciones que sean precisas. De inicio, el sistema contará con 1560 bicicletas, y al menos 3120 anclajes, es decir, como mínimo 2 anclajes por cada bicicleta puesta a disposición de los ciudadanos, para garantizar que haya anclajes libres en los puntos de destino.

Estas 1560 bicicletas y 3120 anclajes se repartirán entre las 120 estaciones fijas que se podrán a disposición de los usuarios. La mayoría de las estaciones  contará con 25 anclajes, aunque los habrá de 20, 30, 50 y hasta 100 anclajes en zonas estratégicas. Estarán ubicadas en puntos de interés, y una distancia de 300 metros. Además, el operador habilitará estaciones móviles de 75 plazas, que servirán para cubrir grandes eventos y picos de demanda.

Mapa provisional de los anclajes de bicis
Al principio pueden parecer pocas bicicletas, pero la idea es que poco a poco la cantidad aumente, y el mapa se amplíe. También es importante tener en cuenta que un servicio público de bicicletas hace que se incremente el uso de la bici privada.

El objetivo es captar usuarios del coche, de tal manera que el porcentaje de desplazamientos en bici, actualmente del 1%, alcance el 3% en el año 2016. Como referencia, en Sevilla esta cifra es del 6%, y en Copenhague alcanza el 40%. Evidentemente no podemos comparar con Copenhague, dada la cultura ciclista que existe tanto en la capital danesa, como en toda la zona norte de Europa. En cambio, el ejemplo de Sevilla es muy bueno, ya que son cifras asumibles  para Madrid a medio-largo plazo, incluso teniendo en cuenta las diferencias entre Madrid y Sevilla, respecto a la orografía (en Sevilla apenas hay cuestas), y el clima, que invita más a usar la bici.

El caso es que por fin los madrileños podrán contar con un servicio de bici pública, y además no podrán poner la excusa de que “en Madrid hay muchas cuestas”, ya que serán eléctricas. Puede que al principio el funcionamiento del sistema resulte algo confuso, pero con el tiempo todas las piezas encajarán haciendo que cada vez más gente aparque el coche, y coja la bici, pública o privada, reduciendo el tráfico y sus emisiones, haciendo que Madrid sea un poco más limpio.